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Condenamos el ridículo despliegue de una pancarta falangista en la UCM

Contra el fascismo y sus marionetas: ¡ni un paso atrás!

Jóvenes de Izquierda Unida Madrid denunciamos y rechazamos la pantomima fascista vista hoy en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid a manos de un grupúsculo falangista que intenta pasarse por un sindicato estudiantil. La acción, que consistió en el despliegue de una pancarta desde la fachada y el accionado de dos bengalas, intenta reivindicar un pasado en el que las libertades fueron reprimidas y las personas que defendían la democracia fueron asesinadas y exiliadas.

Esta acción de enaltecimiento del fascismo no es nueva en la universidad, en el comienzo de curso en septiembre de 2024 pudimos ver también como otro grupúsculo asociado al Frente Obrero, vandalizaba el campus de Somosaguas con consignas racistas e islamófobas, mezclado con consignas negacionistas de la COVID-19 y la Agenda 2030.

Es una vergüenza que este espectáculo pueda suceder en una Universidad Pública, y demandamos la respuesta inmediata del Rectorado, así como del Vicerrectorado de Estudiantes, para dar una respuesta institucional y mediática al respecto. Estas acciones provocativas solo pueden suceder en un contexto de criminalización del asociacionismo: llevamos más de una década en la que se dificulta y se pone traspiés a toda participación política en valores democráticos, donde cada vez las asociaciones estudiantiles reciben menos asignaciones presupuestarias para desarrollar sus actividades y donde es más complicado reservar un espacio para hacer charlas, proyecciones o para informar al estudiantado sobre sus derechos. Una década en la que se repite machaconamente que la política tiene que estar fuera de la universidad, en un ejercicio obsceno de equidistancia y equiparación entre feminismo, antirracismo, inclusión y discursos de odio reaccionarios como el que representan estos grupúsculos. Y una dirección, encabezada por Joaquín Goyache, que ha criminalizado la protesta pacífica y legítima, como cuando mandó a la policía a reprimir a los estudiantes contra el nombramiento de Isabel Díaz Ayuso como Alumni Ilustre, o cuando encubrió al agente del servicio secreto israelí que encañonó con su arma reglamentaria a estudiantes y los amenazó de muerte.

Si no se toman medidas, estos discursos y expresiones seguirán proliferando. Y las medidas pasan por garantizar las libertades civiles y políticas de los estudiantes, y cambiar el paradigma del comportamiento policial de profesores y decanos. La universidad es un sitio para el conocimiento, para el intercambio de ideas, para la socialización política en valores democráticos, y no una empresa privada donde lo único que cabe es el corporativismo.

Estas “gamberradas” por parte de pequeños grupos de fanáticos que buscan volver a tiempos en los que podían ejercer libremente su racismo, homofobia, clasismo y su represión a la clase trabajadora, no son más que los lloros y berrinches de aquellos que no volverán a ser dueños de las calles nunca más. Ni en la Universidad Pública, ni en los barrios, asociaciones ni centros de trabajo, ni en ningún lugar en el que esté presente la clase trabajadora podrán estos franquistas caminar tranquilos. Siempre oposición frontal y que vuelvan a la cueva de la que no debieron salir nunca.

Por tanto exigimos:

  • A las instituciones educativas y administraciones públicas competentes que condenen lo sucedido, abran una investigación y prohíban cualquier acto de exaltación del franquismo en universidades e institutos. Que se haga una declaración en junta de Gobierno donde se condene abiertamente estas expresiones. Sin excepciones y sin vacilar, hay que plantar cara al fascismo.
  • A las personas de conciencia en el rectorado, decanato y jefes de estudio, llamamos a un refuerzo de la enseñanza de la memoria y valores demcráticos en las aulas, para garantizar que las nuevas generaciones conozcan la verdad sobre la dictadura y la lucha antifranquista.
  • Al estudiantado y a la sociedad madrileña que no miremos a otro lado ante el avance de la extrema derecha. 

Estas acciones, por minoritarias y ridículas que puedan parecer, son un toque de atención a toda la ciudadanía, y es relevante ver la nula respuesta por parte de las instituciones y autoridades al respecto.

De nuevo, una y otra vez, y las veces que haga, ¡No pasarán!

Porque quienes olvidan la historia están condenados a repetirla, seguiremos en pie combatiendo el fascismo con memoria, dignidad y solidaridad.

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